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1. Pasear a caballo entre las plantaciones de tabaco (y fumarte un puro con miel):
Aunque no hayas montado nunca, ni seas fumador/a, deberí
as hacerlo. Los caballos cubanos son dóciles y obedientes, y los puros suavecitos con sabor a miel (no te olvides del sombrero guajiro y recuerda que allá donde fueres, haz lo que vieres). Disfruta del paseo y si puedes enlazarlo con el punto 2, mejor que mejor.
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2. Contemplar la maravilla del amanecer en los mogotes:
Fotografía: Levin Rodriguez Debe de ser indescriptible. Tanto la estampa como la sensación. No salgas de Viñales sin haberlo hecho, te arrepentirás durante toda tu vida y querrás volver solamente para hacerlo. Hazme caso y no cometas mis mismos errores 😦 .
No te conformes con visitar los mogotes durante el día, asegúrate de hacerlo al amanecer o atardecer.
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3. Escuchar cantar al Ismael Serrano cubano en el Palenque:
Dejé de prestar atención al zumbido de los mosquitos que me acechaban en cuanto él empezó a cantar… No lo veía, sólo lo oía. Me pareció estar escuchando a Ismael Serrano cantando a capela. Me giré y no pude evitar hipnotizarme con la voz y el sentimiento de aquel señor que, acompañado de su guitarra, cantaba y tocaba sentado en la mesa de al lado. No recuerdo su nombre, ni su cara. Pero recuerdo su voz y lo que me transmitió. Ni Ismael Serrano lo hubiera hecho mejor.
Es lo que tiene Cuba: grandes artistas de la música por doquier. Disfrútalo.
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4. Noches de baile en la plaza del pueblo:
Si sabes bailar, atrévete a mover las caderas al son de la salsa o el reggeton. Si no se te da muy bien, te aconsejo que te sientes en una terraza si no quieres ser el típico turista haciendo el ridículo ;). Refréscate del calor bebiéndote una Crystal mientras intentas averiguar cómo es posible mover esos músculos del cuerpo sobre los que tú tienes nulo control o diviértete observando como algún turista sin pudor intenta «bailar» en el centro de la plaza.
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5. Pasar el día en una playa desierta y comer langosta mientras te bañas en el mar Caribe (por 3 CUC):
Es probable que no lo consigas, pues todo fue fruto de la casualidad: encontrar la playa y encontrar un espontáneo que nos preparara unas langostas que acababan de coger unos pescadores. Aunque no lo entiendas muy bien, así de sorprendente es Cuba. Opinión personal: esto no lo encontraras en Varadero… hay que salir a explorar!! No temas, en esta isla no te va a pasar nada por alejarte un poquito de tu zona de confort.
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6. Relajarte, reír y disfrutar con las «conversaciones interminables»(como yo las llamo):
No conocerás Cuba si no te sumerges en las conversaciones alrededor de una mesa, unas cervezas y algo de tabaco. Pregunta y escucha con atención lo que te dicen, relájate y ríe (no olvides que estás en el país del Ingenio, para lo bueno y para lo no tan bueno). En Cuba no hay silencio, sino palabras, risas, buena gente y buena música.
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